domingo, 23 de julio de 2017

EL ORIGEN Y EL DESTINO DE LAS EMOCIONES



La inteligencia del corazón empieza su recorrido con el mundo emocional, y es éste la puerta para llegar al Verdadero Yo. Las emociones se convierten en grandes aliadas, pues ellas nos hablan sobre todas las capas que conforman nuestra cebolla interior. Si nos permitirnos sentirlas (que no quiere decir seguir su impulso motor) tendremos la oportunidad de ir conociéndonos para llegar a ser dueños y señores de nuestras vidas.

Aristóteles, filósofo griego de referencia, nos dejó escrito que las emociones derivan de nuestros pensamientos. Podemos hacer una prueba: cierra los ojos y trae a tu pensamiento uno de los momentos más alegres y divertidos de tu vida; cuando lo tengas piensa un rato en él, recuerda los detalles, quién había, qué hacías, qué pasaba. Y ahora observa cómo te sientes. ¿Te has descubierto a ti mismo con una sonrisa en el rostro? Es muy probable que pensar en esa situación te haya provocado alegría. Puedes hacer el mismo ejercicio con otras emociones si lo deseas; pruébalo también con aquellas que te producen más malestar y verás cómo también funciona.

Nuestros sistemas de creencias son el origen de las emociones. Cuando éramos pequeños y creíamos en los fantasmas como seres que aparecían bajo sábanas blancas, al escuchar el más mínimo ruido en la habitación teníamos miedo; ahora que hemos crecido, nuestro sistema de creencia ha cambiado y ya no creemos que los fantasmas nos asalten mientras dormimos, así que cuando oímos un ruido lo más probable es que no tengamos miedo y continuemos durmiendo plácidamente. La situación exterior es la misma, un ruido en la habitación a media noche, sin embargo la reacción emocional que tenemos ante este mismo estímulo es diferente en una edad o en otra, y eso es debido a que nuestro sistema de creencias, nuestros pensamientos, han cambiado. En este caso diríamos que han madurado.

Lo mismo ocurre cuando exponemos a dos personas diferentes- recordemos que cada una de ellas tiene su única e intransferible cebolla interior- a una misma situación y su primera reacción emocional es diferente.
Por ejemplo, dos personas, una asiática y una europea, juntas en una comida de trabajo en Filipinas; al acabar de comer, la mayoría de los asistentes filipinos eructarán sin vergüenza. La reacción emocional de la persona europea será probablemente el asco o disgusto mezclado con algo de vergüenza ajena, mientras que para la persona asiática no habrá tal reacción emocional porque lo ocurrido forma parte de su normalidad. De nuevo, el sistema de creencias es el que explica por qué dos personas pueden actuar delante del mismo hecho de forma diferente. Los sistemas de creencias, o sea, nuestros pensamientos, tienen la gran virtud de que pueden cambiar; sólo depende de que queramos hacerlo.

Cuando hablamos de sistema de creencias, nos referimos a la forma por la cual damos significado y coherencia a nuestro propio modelo del mundo. Este sistema de creencias lo crean pensamientos conscientes e inconscientes que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida a través de nuestra cultura, educación, familia, entorno social, medios de comunicación, experiencias vividas...

El origen de las emociones son los pensamientos, el sistema de creencias que tenemos instalado. Y el destino de las emociones, es el cuerpo y, a través de él, las palabras, los actos y la enfermedad o salud.






                        Palabras                Actos             Salud/Enfermedad

                                                                                 
                                _____________________________
                                               Cuerpo  Físico
                                                             
                                                         
                                                  Emociones
                                                                                ⬆
                                            Sistema de creencias
                     (Pensamientos conscientes+Pensamientos inconscientes)


Vemos pues que una emoción se convierte en una clave muy importante a la hora de conocernos a nosotros mismos, ya que gracias a ella podemos dar con pensamientos (generalmente inconscientes) que conforman nuestro sistema de creencias, y que quizá no son beneficiosos para nuestro desarrollo. En conclusión, las emociones nos dan la llave para ir abriendo las capas de la cebolla y conocernos más.

Más allá de las emociones y del sistema de creencias que forman nuestra máscara encontramos nuestro verdadero Yo. Y, ¿quién es él? Él es el que logra observar las emociones, des-identificándose de ellas; es el que logra observar y descubrir los pensamientos que las originan y también de ellos se des-identifican, y decide sustituirlos por otros. 

Hemos llamado "máscara" a esta parte nuestra que no es el Verdadero Yo, y lo llamamos así porque, podemos quitárnoslas y cambiarlas por otras. El actor siempre es el mismo, pero puede decidir qué máscara llevar. Lo mismo ocurre en nuestro interior: nuestro Verdadero Yo siempre es el mismo, pero él puede decidir cómo quiere que sea su máscara, él decide si lleva una máscara que se ajuste a su cara, o bien una incómoda. Efectivamente, estaremos mejor cuando nuestra máscara más se ajuste a la naturaleza de nuestro Verdadero Yo, y no sólo a las expectativas que creemos que vienen impuestas del exterior, de nuestra familia, entornos, cultura o sociedad. Cuando nuestra máscara se ajusta exactamente a la esencia de nuestro Verdadero Yo somos entonces auténticos.


El Destino de las Emociones

Hasta aquí hemos hablado del origen de las emociones, pero también es importante el destino de ellas, pues a veces no podemos identificarlas, pero sí podemos reconocerlas por sus consecuencias.

Por ejemplo, si vemos a una persona caminar lentamente con la cabeza y los hombros caídos mientras suspira profundamente, aunque ella nos diga que está alegre va a ser muy difícil creerla, ¿verdad?. Todo su cuerpo nos indica que está triste; si ella decide engañarse a si misma puede hacerlo, pero su cuerpo no mentirá. Si ella se abre a descubrir qué siente podrá empezar entonces a observar su cuerpo y quizás se dé cuenta de que, contrariamente a lo que creía, en su ser está albergando una profunda pena. Y sólo si toma conciencia de su tristeza podrá hacer algo respecto a ella.

Nuestro cuerpo es el espejo de nuestro interior, por eso hemos incluido en el esquema la salud o enfermedad, porque también ellas reflejan cómo estamos por dentro.
Si queremos podemos achacar todas las culpas de nuestras dolencias a las bacterias y virus que corren por el universo exterior, o a la mala suerte, pero también podemos considerar que quizá nuestro cuerpo enferma o se lesiona para contarnos algo acerca de nosotros mismos que nos empeñamos a esconder. Deshacer las capas de la cebolla interior es una labor que cada uno decide cuán superficial o profundamente empieza a realizar.

Las emociones están ahí para contarnos algo. Cuando no somos capaces de sentirlas directamente, siempre podemos recurrir a leer el mensaje escondido de nuestro cuerpo, de nuestras palabras y de nuestros actos. Ésta es una iniciativa altamente responsable con lo que nos sucede.



Pues la próxima seguiremos con más Inteligencia del Corazón, espero que os guste y  les interese.
Comenten en el blog si les apetece, y compartan con sus ami@s!!
Abrazo de corazón a corazón!!
Marta