Extranjero, no te acerques ni un paso más
no me tiendas la mano,
extranjero
no debemos tocarnos las manos
para reunir tu soledad con la mía.
Obra según las reglas:
ningún hombre se acercará a un hombre
ninguna mujer se acercará a una mujer
ni un hombre, mujer, ni una mujer, hombre.
Nuestra vida depende de eso.
Tu usas una bufanda roja
yo una gorra azul
y no puede haber nada entre nosotros.
Si me preguntas la hora, debo volver el brazo.
Si te pregunto por el camino, tendrás que señalarlo.
Las reglas cuelgan de cada poste de alumbrado
encima de la canasta de geranios,
están clavadas en los postes telefónicos.
Aunque gritemos para romper el silencio
¿Quien sospecharía la universalidad de su dolor?
¿Quien confesaría en la próxima esquina?
Extranjero, cuando sea el incendio
atravesarás el humo para redimirme.
Extranjero, a la hora del diluvio
te sacaré del agua,
a la hora del invasor
nos reuniremos.
Sálvanos de nuestra intimidad
ahora, mientras estamos junto a la cinta que nos transporta
conduciéndonos al futuro
el cual, como el cielo de los antiguos,
justificará el desastre de esta hora.
Peter Goblen
El poema "Extranjero" me conmueve profundamente cada vez que lo leo. Sé que algunos de mis contactos con otras personas son a veces superficiales. También sé lo sólida y profunda que puede ser la satisfacción de un contacto honesto, cuando dos personas están dispuestas a ser ellas mismas completamente. Lo importante es cómo ¿Cómo podemos encontrarnos fuera de la separación y la soledad?
Mucho se ha escrito sobre la confianza y el amor, sobre que si uno puede construir una relación amorosa, basada en la confianza, entonces la gente puede ser honesta entre sí. Yo creo que esta idea es exactamente al revés. Es muy lindo si tengo confianza y amo a alguien, pero si no siento así ¿qué puedo hacer? Confianza y amor son mis respuestas emotivas hacia otra persona, y esas respuestas no pueden inventarse. O siento amor o no lo siento. Todo el énfasis puesto en la confianza y el amor "porque es saludable, y proporcionará intimidad, honestidad, etc.", creando un nuevo terreno a la falsedad y deshonestidad de su comportamiento.
La honradez, sin embargo, es un comportamiento y es algo que puedo elegir o no. No puedo decidir amar o confiar, pero puedo decidir personalmente ser honesto o no. Y cuando elijo ser realmente honesto y digo lo que vivencio y lo que siento, estoy demostrando que puede confiarse en mi. Para poder hacer esto, primero tengo que ser honesto conmigo mismo, tomar contacto con mi vivencia y hacerme responsable de ella, comunicándola. Ese es el único tipo de comportamiento que puede motivar confianza.
Confianza es mi respuesta a una persona que conozco y a la que sé que puedo creerla. Aunque me disguste una persona, puedo creerle si es honesta conmigo, y puedo respetar su deseo de ser honestamente como es. Cuando me respeto y tengo suficiente confianza en mi como para ser honestamente yo mismo, los otros responden con confianza y respeto.
Así mismo, la honradez no siempre obtiene amor en respuesta, pero es absolutamente esencial para el amor. Cuando soy honestamente yo mismo, y tu reaccionas cálidamente y con interés, entonces existe amor. Si calculo y me comporto falsamente a fin de complacerte, puede que tu ames mi comportamiento pero no puedes amarme a mi porque oculto mi existencia real detrás de ese comportamiento artificial. Aún si amaras mi comportamiento ficticio no podría recibir realmente tu amor: estaría enviciado por la certidumbre de que ese amor es para la imagen que he creado y no para mi. Además, tendría que estar continuamente en guardia para asegurar la conservación de tal imagen y, de ese modo, impedir que desaparezca tu amor. Y puesto que me aislé de tu amor de tal manera, me sentiré más solo y sin amor e intentaré manipularte y manipularme más desesperadamente todavía para conseguir ese amor.
Esa es la trágica falacia de todo comportamiento basado en la fantasía y las imágenes, basado en la intención y manejo. Siempre que me maneje para obtener una cierta respuesta o reacción de parte tuya, sé que tu respuesta no está dirigida a mi, de modo que es muy poca la satisfacción que me brinda. ¡Tanto esfuerzo para lograr una respuesta que nunca puedo disfrutar realmente! Por el contrario, cuando honestamente soy yo mismo y tu reaccionas ante mi tal como soy en ese momento, puedo recibirlo completamente y saber de la satisfacción de estar relacionado realmente contigo. Este modo de relacionarse honestamente no siempre es agradable o feliz - a veces, es triste, otras, enojoso, etc. - pero es siempre consistente y real, vitálmente vivo.
La comunicación es muy simple en términos del darse cuenta. Tengo que darme cuenta de mi propia existencia, estar dispuesto y ser capaz de hacerlo a usted darse cuenta de mi experiencia: tengo que enviar mensajes claros sobre mi darme cuenta, mis experiencias, sentimientos, necesidades, etc. Y tengo que estar alerta, también, de los mensajes que usted transmite, abriéndome para recibir su expresión de su darse cuenta. Una buena comunicación es necesaria porque con frecuencia necesito de otra gente para satisfacer mis deseos y necesidades. Frecuentemente, otra gente es la fuente de mis mayores alegrías y buenas experiencias, tanto de necesidades cotidianas y básicas, tales como comida, techo, etc. Cuando tu y yo estamos realmente en contacto con nuestro vivenciar y ambos lo expresamos directamente, no hay problemas en comunicarse. Los problemas surgen cuando nuestras palabras son utilizadas para otros propósitos que no sean una clara comunicación del darnos cuenta. Las palabras pueden emplearse para castigar, tranquilizar, manejar, confundir, hipnotizar, ocultar, adormecer, dominar, implorar, pedir, rechazar, engañar - la lista no tiene fin... -.
domingo, 25 de enero de 2015
domingo, 18 de enero de 2015
Vivir a través de la luz y la sombra de cada uno. Vivir en pareja.
Vivir en pareja es una forma de vivir desde la conciencia del presente, porque a través de la relación aparecen continuamente los dos extremos, el amor y el odio. Es una manera de poder estar conscientes en la polaridad de nuestros extremos y cuando un@ está presente e instalad@ en la presencia del aquí y ahora, permite vernos en totalidad, si no se está presente todas la relaciones, y en especial las relaciones de pareja, acabarán atravesando momentos difíciles y/o siendo disfuncionales. Puede que parezcan perfectas y gratificantes durante un tiempo, mientras estás "enamorad@", pero esta perfección se altera invariablemente a medida que van produciéndose discusiones, conflictos, insatisfacciones y violencia emocional e incluso física..., momentos de tensión que suceden con creciente frecuencia y que pueden llegar a desestabilizar.
Parece que la mayoría de las "relaciones amorosas" pasan a convertirse en un tiempo breve en relaciones amor-odio. Esto permite poner conciencia y crecer, porque un@ hace de espejo para el/la otr@. Entonces, a veces, el amor puede dar paso en un abrir y cerrar de ojos a una agresividad y a sentimientos de hostilidad o a la total ausencia de afecto.
El verdadero amor no tiene opuesto. Si tu "amor" tiene un opuesto, entonces no es amor, sino la intensa necesidad del ego de una identidad más completa y profunda, necesidad que la otra persona cubre temporalmente. Este es el sustituto de la salvación que propone el ego, y durante un breve episodio parece una verdadera salvación.
Llega un momento que tu pareja deja de actuar de la manera que satisface tus demandas, o más bien las de tu ego. Los sentimientos de miedo, dolor y carencia, que son parte intrínseca del ego pero habían quedado tapados por la "relación amorosa", vuelven a salir a la superficie.
Por eso, cuando los sentimientos dolorosos reaparecen, los sientes con más intensidad que antes y, lo que es peor,ahora percibes que quien los causa es tu compañer@. Esto significa que los proyectas fuera de ti y atacas al otro con toda la violencia de tu dolor. Esto es importante porque aveces reaccionamos de manera inconsciente, simplemente por nuestra vivencia interna de dolor o por no sentirnos reconocid@s.
Por eso hay tanto dolor e infelicidad en las relaciones íntimas en cuanto pasa la primera euforia. Las relaciones mismas no son las causas del dolor y de infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor y la infelicidad que ya están en ti. Todas las adicciones lo hacen. Llega un momento en que la adicción deja de funcionar y sientes el dolor con más intensidad que nunca.
Tanto si vives en pareja como si vives sol@ la clave es estar presente e intensificar progresivamente tu presencia mediante la atención "aquí y ahora".
El trabajo es crear un espectador en ti mismo, encontrar la quietud que está debajo del ruido mental, el amor y la alegría que se encuentran debajo del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación...
Soltar y desidentificarse del pensamiento es llevar la presencia al dolor y así transmutarlo. Desidentificarse del pensamiento es poder ser el observador silencioso de tus pensamientos y de tu conducta, especialmente de los patrones repetitivos de tu mente y de los roles que representa tu ego.
Osho hace la siguiente observación: si dejas de investirla de "yoidad", la mente pierde su cualidad compulsiva, formada básicamente por la constante tendencia a juzgar y a resistirse a lo que es, creando así conflicto, drama y más dolor. De hecho en el momento que dejas de juzgar y aceptas lo que es, eres libre de la mente. Has creado espacio para el amor, para la alegría, para la paz.
Lo primero sería dejar de juzgarte a ti mism@ y después dejar de juzgar a tu pareja.
El mayor catalizador del cambio en las relaciones es la aceptación total de tu pareja tal como es, dejando completamente de juzgarla y de intentar cambiarla.
Esto te lleva más allá del ego. A partir de entonces todos los juegos mentales y el apego adictivo se acaban. Ya no hay víctimas ni verdugos, ni acusadores ni acusados.
La aceptación total también supone el final de la codependencia; ya no te dejas arrastrar por el patrón inconsciente de otra persona, favoreciendo de ese modo su continuidad. Entonces, o bien se separan (con amor) o bien entran juntos más profundamente en el ahora, en el Ser. ¿Es así de simple? Si, es así de simple.
El amor es un estado de Ser. Tu amor no está fuera, está en lo profundo de ti. Nunca puedes perderlo, no puede dejarte. No depende de otra persona, de otra forma externa.
Para mi es cuestión de asumir "tu" propia responsabilidad. En la vivencia de "tu" propio presente puedes sentir "tu" propia realidad, aunque aveces sea dolorosa, pero esa es "tu" verdad. Entonces puedes sentir la misma vida en lo profundo de "ti" y en resonancia con los demás seres humanos y de las demás criaturas. Miras más allá del velo de la forma y la separación. Esto es alcanzar la unidad. Esto es amor.
Aunque es posible tener breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que estés permanentemente libre de la identificación mental y que tu presencia "aquí y ahora" sea lo bastante intensa como para haber disuelto el pensamiento y el dolor, o hasta que puedas, al menos, mantenerte presente como observador. De ese modo la identificación no podrá arrebatarte el control y destruir el amor, si no todo lo contrario permitirá que el amor florezca día a día.
Cuando las ocasiones pasan, llega el vacío en el que podemos crear nuevas realidades y la vida se puede renovar, así tiene sentido vivir.
Nada tiene reemplazo, cada quien es único, nuestros padres son nuestros padres y todo aquello de donde venimos tiene su carga y su impronta, pero es un viaje continuo de aprendizaje hacia la maduración y la libertad.
"La vida es más un proceso de soltar que un esfuerzo de llegar a ser"
Parece que la mayoría de las "relaciones amorosas" pasan a convertirse en un tiempo breve en relaciones amor-odio. Esto permite poner conciencia y crecer, porque un@ hace de espejo para el/la otr@. Entonces, a veces, el amor puede dar paso en un abrir y cerrar de ojos a una agresividad y a sentimientos de hostilidad o a la total ausencia de afecto.
El verdadero amor no tiene opuesto. Si tu "amor" tiene un opuesto, entonces no es amor, sino la intensa necesidad del ego de una identidad más completa y profunda, necesidad que la otra persona cubre temporalmente. Este es el sustituto de la salvación que propone el ego, y durante un breve episodio parece una verdadera salvación.
Llega un momento que tu pareja deja de actuar de la manera que satisface tus demandas, o más bien las de tu ego. Los sentimientos de miedo, dolor y carencia, que son parte intrínseca del ego pero habían quedado tapados por la "relación amorosa", vuelven a salir a la superficie.
Por eso, cuando los sentimientos dolorosos reaparecen, los sientes con más intensidad que antes y, lo que es peor,ahora percibes que quien los causa es tu compañer@. Esto significa que los proyectas fuera de ti y atacas al otro con toda la violencia de tu dolor. Esto es importante porque aveces reaccionamos de manera inconsciente, simplemente por nuestra vivencia interna de dolor o por no sentirnos reconocid@s.
Por eso hay tanto dolor e infelicidad en las relaciones íntimas en cuanto pasa la primera euforia. Las relaciones mismas no son las causas del dolor y de infelicidad, sino que sacan a la superficie el dolor y la infelicidad que ya están en ti. Todas las adicciones lo hacen. Llega un momento en que la adicción deja de funcionar y sientes el dolor con más intensidad que nunca.
Tanto si vives en pareja como si vives sol@ la clave es estar presente e intensificar progresivamente tu presencia mediante la atención "aquí y ahora".
El trabajo es crear un espectador en ti mismo, encontrar la quietud que está debajo del ruido mental, el amor y la alegría que se encuentran debajo del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación...
Soltar y desidentificarse del pensamiento es llevar la presencia al dolor y así transmutarlo. Desidentificarse del pensamiento es poder ser el observador silencioso de tus pensamientos y de tu conducta, especialmente de los patrones repetitivos de tu mente y de los roles que representa tu ego.
Osho hace la siguiente observación: si dejas de investirla de "yoidad", la mente pierde su cualidad compulsiva, formada básicamente por la constante tendencia a juzgar y a resistirse a lo que es, creando así conflicto, drama y más dolor. De hecho en el momento que dejas de juzgar y aceptas lo que es, eres libre de la mente. Has creado espacio para el amor, para la alegría, para la paz.
Lo primero sería dejar de juzgarte a ti mism@ y después dejar de juzgar a tu pareja.
El mayor catalizador del cambio en las relaciones es la aceptación total de tu pareja tal como es, dejando completamente de juzgarla y de intentar cambiarla.
Esto te lleva más allá del ego. A partir de entonces todos los juegos mentales y el apego adictivo se acaban. Ya no hay víctimas ni verdugos, ni acusadores ni acusados.
La aceptación total también supone el final de la codependencia; ya no te dejas arrastrar por el patrón inconsciente de otra persona, favoreciendo de ese modo su continuidad. Entonces, o bien se separan (con amor) o bien entran juntos más profundamente en el ahora, en el Ser. ¿Es así de simple? Si, es así de simple.
El amor es un estado de Ser. Tu amor no está fuera, está en lo profundo de ti. Nunca puedes perderlo, no puede dejarte. No depende de otra persona, de otra forma externa.
Para mi es cuestión de asumir "tu" propia responsabilidad. En la vivencia de "tu" propio presente puedes sentir "tu" propia realidad, aunque aveces sea dolorosa, pero esa es "tu" verdad. Entonces puedes sentir la misma vida en lo profundo de "ti" y en resonancia con los demás seres humanos y de las demás criaturas. Miras más allá del velo de la forma y la separación. Esto es alcanzar la unidad. Esto es amor.
Aunque es posible tener breves atisbos, el amor no puede florecer a menos que estés permanentemente libre de la identificación mental y que tu presencia "aquí y ahora" sea lo bastante intensa como para haber disuelto el pensamiento y el dolor, o hasta que puedas, al menos, mantenerte presente como observador. De ese modo la identificación no podrá arrebatarte el control y destruir el amor, si no todo lo contrario permitirá que el amor florezca día a día.
Cuando las ocasiones pasan, llega el vacío en el que podemos crear nuevas realidades y la vida se puede renovar, así tiene sentido vivir.
Nada tiene reemplazo, cada quien es único, nuestros padres son nuestros padres y todo aquello de donde venimos tiene su carga y su impronta, pero es un viaje continuo de aprendizaje hacia la maduración y la libertad.
"La vida es más un proceso de soltar que un esfuerzo de llegar a ser"
domingo, 11 de enero de 2015
Nuestro es el tiempo
"El tiempo es un pájaro que nunca detiene el vuelo"
Cuando nacemos, nace nuestro tiempo. Cuando morimos muere en nosotros. Este es nuestro kairós: existir. Es el tiempo del que disponemos para conocernos y para hacernos. Somos en el tiempo y no podemos detenerlo, Michael Ende afirma en su libro "Momo": "El tiempo es vida y la vida reside en el corazón". Lo queramos o no, el tiempo es nuestra herencia y nuestro patrimonio.
Nuestro es el tiempo ¿Qué vamos a hacer con él?
Cada minuto más que vivimos es un minuto menos que vamos a vivir. Inexorablemente el tiempo no detiene su vuelo, pero no nos gusta recordar nuestra mortalidad. Podemos seguir vivendo cada día porque en el fondo nos creemos inmortales. Intentamos olvidar que un día moriremos y huimos de la conciencia dolorosa de saber que un día este mundo seguirá sin nuestra presencia.
Nos tejemos en el tiempo, y somos los tejedores responsables de convertir los hilos en una preciosa trama y tejer una tela magnífica, o podemos quedarnos con unos cuantos hilos raídos y llenos de nudos. La diferencia vendrá dada por el uso que hagamos de los hilos que tenemos y que nos han tocado en suerte, por la búsqueda de hilos nuevos a incorporar al tapiz, por el tiempo que dediquemos a aprender este arte, por la capacidad de gozar mientras tejemos, por la posibilidad de cruzar los hilos de nuestro tapiz con los hilos y tapices de los demás, por nuestra creatividad, amor y paciencia. Este es nuestro reto y los retos siempre son interesantes. De hecho, en este empeño nos jugamos la vida.
¿Una vida larga o una vida corta? ¿Duración o intensidad? ¿Intensidad y duración? A veces, una vida corta puede ser muy completa, y una vida larga puede ser vivida superficialmente. La belleza de la vida proviene, en parte, de su fragilidad, y mientras dura, ¿por qué vivirla solo a medio gas?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)