Relaciones y Vínculos en la vida cotidiana
" Me basta mirarte para saber que contigo me
voy a empapar el alma..."
Julio Cortázar
Y esto implica con la familia, con los amigos, con los compañeros de trabajo, con tu jefe, etc.
Las personas estamos en constante relación y esta relación condiciona nuestro bienestar.
La principal relación se da entre el organismo y el ambiente (cómo lo interno afecta a lo externo y viceversa) : si estamos tristes, percibiremos el mundo de una manera más gris, si nos toca la lotería, tendremos una sensación de euforia o éxtasis y veremos el mundo de un color más vivo.
Una relación puede ser de amistad entre dos personas, entre alguien y algo (nosotros con el coche o con la casa) o entre dos elementos (la moto y las dimensiones del aparcamiento).
En cualquier relación, todo influye entre sí, es una dialéctica continua.
Nos relacionamos con sensaciones, emociones, pensamientos, eventos externos, impulsos, necesidades; fenómenos vitales de los cuales podemos tener más o menos conciencia: a veces estamos tristes y no sabemos muy bien por qué.
Cuando nos relacionamos con conciencia, podemos responsabilizarnos de cómo vivimos estos fenómenos vitales y cómo los gestionamos.
Las relaciones humanas son una constante en nuestras vidas. Según cómo sea el intercambio de dar y tomar, pueden ser nutritivas o tóxicas y tienen una influencia directa en nuestra felicidad.
La relación estructura y nutre nuestro cuerpo emocional, mental y corporal; moviliza nuestro actuar en el mundo con respecto a algo o a alguien; da sentido a nuestra vida y nos permite reconocer quiénes somos, cómo afectan nuestras conductas a los demás y viceversa.
Para la Gestalt, la relación con el otro posee un lugar privilegiado, ya que es el escenario donde las personas nos expandimos o nos retraemos, donde nos nutrimos o nos desnutrimos, donde nos sanamos o enfermamos, según nuestra capacidad de gestión y autoapoyo.
Es importante distinguir el Vínculo de la Relación, ya que ambos se presuponen siempre unidos y no siempre es así. Podemos vivir una relación cordial o amable con el panadero y no tener un vínculo con él, ya que el vínculo nace y se hace con un compartir mucho más significativo.
Con nuestros padres todos tenemos un vínculo, hayamos tenido mucha o poca relación con ellos o incluso aunque no haya habido relación; en este último caso, lo significativo es que nos dieron la vida y esto es un vínculo que nace de lo biológico.
La relación es una forma de estar con el otro y el vínculo es lo que nos une.
Por lo tanto solo las experiencias suficientemente significativas entre dos personas generan un vínculo, mientras que la relación nace de un intercambio de una calidad menos potente y significativa.
Una relación de trabajo, por ejemplo, puede transformarse en vínculo cuando ambas personas viven conjuntamente experiencias significativas, ya sea por cotidianidad o por momentos o hechos importantes: tener un hijo, sufrir un atraco...Estos hechos permiten construir un vínculo de peso, que es algo de una calidad distinta a lo que se produce en una relación.
También destaquemos que ambas vivencias, el vínculo y la relación, deben ser cuidadas y cultivadas y que una no es mejor que la otra, es decir, puede ser igual de importante tener buenas relaciones con los compañeros de trabajo que construir un vínculo fuerte con alguno de ellos.
Toda relación, como cualquier ser vivo, crece y se desarrolla al ser cuidada y puede marchitarse al ser descuidada. Lo que nos sucede nos une al otro o nos desune; es importante tratar la relación como un organismo vivo y cuidarlo como tal.
Existen tres grandes relaciones existenciales: La relación con uno mismo, la relación "Yo"-"Tú" y la relación "nosotros" o de grupo. Es importante preguntarnos cuál de las tres nos resulta más fácil y cuál nos es más difícil para empezar a discriminar en qué punto podemos afinar más, ya que somos seres racionales y "al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos" (Eduardo Galeano)
La relación con nosotros mismos se pone en juego en la relación "yo"-"tú": si odiamos nuestra pereza, odiaremos fácilmente la pereza de los demás; si no nos permitimos el placer, nos perturbará el placer del otro...Y en el "nosotros": si somos tranquilos, buscaremos un grupo lo más tranquilo posible; si somos "de la república independiente de mi casa", evitaremos salir con un grupo muy viajero.
Nos ajustamos constantemente entre el "cómo somos" y el "cómo es el otro" o "cómo es el grupo"
Nos invitamos constantemente: hay personas que invitan al placer, otras invitan a la reflexión, a la queja...Existen innumerables tipos de invitaciones que surgen de cada persona y situación. Desde ahí se producen dinámicas constructivas o destructivas, y el encuentro o el desencuentro.
Ejercicio 1:
- Escribe dos relaciones y dos vínculos de tu vida.
- Evoca y escribe dos hechos que te hayan vinculado con dos personas.
- Piensa en una relación y responde: ¿Cómo la cuidas? ¿Cómo la descuidas? Ahora piensa en una relación que dejaste marchitar.
- Piensa y escribe a qué cuestiones vitales invitas tú (por ejemplo: a pensar, a la diversión, al pesimismo, a la tranquilidad, a la presión, etc).
- Definete en tres palabras (por ejemplo: sensible, honest@, inteligente). Ahora piensa y escribe con quién te sientes así y con quién no.
- Explica cuándo te aprisiona o cuándo te limita la anterior definición.
- Escribe cinco cuestiones que consideres que hay que respetar en una relación, sea de amistad, profesional o laboral, amorosa, etc.
Ejercicio 2:
Lee los siguientes valores y subraya los diez que buscas en una relación.
AUTOCONTROL BONDAD COMPASIÓN PLACER
EFICACIA SINCERIDAD COMPETENCIA LEALTAD
LEALTAD CALMA EXPANSIÓN VALOR
SEGURIDAD CARIÑO PACIENCIA ESCUCHA
AUTOESTIMA ESPONTANEIDAD COMPRENSIÓN HUMANIDAD
EMPATÍA CLARIDAD HONESTIDAD CONSISTENCIA
LIBERTAD OPTIMISMO NOBLEZA FUERZA
SENCILLEZ SOLIDARIDAD TRANQUILIDAD PERSEVERANCIA
AUTONOMÍA TERNURA COMPROMISO CONSTRUIR
ENCUENTRO PRESENCIA FIDELIDAD POSITIVISMO
LIDERAZGO DISCIPLINA TRANSPARENCIA TENACIDAD
AUTOSUFICIENCIA CONOCIMIENTO APRENDIZAJE IMPLICACIÓN
APERTURA COMPARTIR CONFIANZA GENEROSIDAD
HUMOR EVOLUCIÓN FIRMEZA PRAGMATISMO
EQUILIBRIO ORGANIZACIÓN COHERENCIA CONCIENCIA
HUMILDAD TOLERANCIA FLEXIBILIDAD AMBICIÓN
De los valores que has elegido u otros que se te ocurran, selecciona solo cuatro
y anótalos.
Observa cómo son en tí estos valores. Por ejemplo: cómo es tu honestidad o tu
sentido del humor.
Puedes compartir tus respuestas conmigo en: terapiadegestalt@gmail.com, y te contestaré a la brevedad.
Hasta la Próxima Amig@s! Abrazos!!
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